jueves, 19 de enero de 2012

La mirada...





Cuando queres que alguien te mire no importa ninguna otra mirada,
vos querés esa mirada y ninguna más.


Pido a gritos desesperadamente que abras tus ojos y me mires, que me veas,
que veas mi dolor y me comprendas.


Hago enormes esfuerzos para no necesitar de nadie,
 para no necesitar de una mirada para existir.

Pero soy esclava de esa mirada, la necesito, como al aire.

Haria cualquier cosa por atraer esa mirada,
intento ponerme en su campo visual
quisiéra tener un reflector que me ilumine,
quisiéra brillar para ser mirada.


Lo curioso es que los ojos que más me  obsesionan
son los que no me  pueden mirar.

Pero la mejor mirada no es la que se me niega,
 sino esa mirada que no veo, la que ignoro distraídamente.


Esa mirada inesperada, fuera de todo calculo,
 esa mirada que me ve cuando no me siento mirada
 y por lo tanto me muestro mejor, tal cual soy.

Una mirada es capaz de atravesar la máscara y ver lo que hay detrás.

Es imposible que nos mire a una mirada vacía...

Pero lo quiera o no soy esclava de esa mirada
 porque soy una luz apagada que solo se enciende cuando alguien
realmente me mira.








No hay comentarios:

Publicar un comentario