lunes, 18 de mayo de 2015

Ángel y demonio...


Buscaba en su mirada
ese lugar de serena calma 
qué deseaba el alma mía, 
fué cielo e infierno 
la historia que nos unía. 

Debía hurgar en silencios
eternos y desamorados 
para encontrar las palabras 
qué se apiadaran
de mi espíritu ilusionado. 

Fué un ángel disfrazado 
en el abrazo cuando lo sentía 
endemoniado al desplegar la ira 
una hoguera candente es su tiranía. 

Sentimientos contradictorios
afloraron amargos como la hiel
herian sin piedad a los cuatro vientos
conquistador que atraía 
como abeja a la miel con su sonrisa 
Angel y Demonio en macabra cacería. 

Nora Adriana 




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