sábado, 17 de abril de 2010

Al despertar Leo Frank Park



Al despertar me di de cuenta que eras dama incrustada como gema en mis alegres sueños,ahora brillas tú como el sol con tu presencia, te iluminas como si caminaras por mi pensamiento y fueras esa modelo coqueta que enamora desde la pasarela por dónde te paseas como dama evaporando escultural belleza, a los ojos de mi corazón que te espían y te siguen por los espejos que proyectan mis pupilas y los lentes de mi iris no pierden de vista, menos cuando te medito en el tiempo que no deja de pensar en ti.



Eres diosa al dejar florecer la tibieza de tu sonrisa, eso rostro inmaculado y atractivo se desenmascara seductor y me transporta ser parte tuya del ángel tuyo que reflexiona cómo si la noche fuera nuestra, única en los aromas del romance y el perfumé de la atracción sin limites, así te siento como un imán llevándome con tu carga de energía a tu piel hasta no ser pieza suelta de tu cuerpo femenil.


Horas apacibles me desvisten en medio de las alas del viento me entretienen hasta sentir el rocé de tu brisa que se hace impaciente por verme sobrevolar como lo hacen las aves receptoras de las mieles hasta saborear el inconfundible néctar de tu cáliz que se abre para recibir del amor esa presión atmosférica que no se sostiene incólume por que su misión la de conmover las fibras en una buena dosis de vaivenes.


Es inconfundible convivir esos instantes entre sueños y notas acordes de melodías que te hacen beber con el embrujo del amor esa copa de champán que deleita los sentidos, que hechiza las fibras y las conecta en atractivas palabras de seducción que causan percepción y se dejan escuchar en atrevidos susurros dónde no se enlazan los besos y las caricias tienen libertad de interactuar al encontrar eco de respuestas en repetitivos sucesos de entrega total
 
 
Leo Frank Park

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