viernes, 23 de septiembre de 2011

Fui yo...





No se la cantidad de veces que no dormí… O cuantas más me olvide de vivir…
Supongo que de tanto esperar, algo se hará paso en mi vida.
Un nombre, un sonido… algo.
Que me despierte del sueño que vivo en mis letras y mis llantos.
Ni siquiera yo soy capaz de asegurar cual es la verdad en mi vida.
Hubo algunas veces que tire todo por el acantilado y luego tuve
que volver de rodillas a buscarlo hasta darme cuenta el trayecto enorme
que tienen mis recuerdos hasta el olvido, allí donde jamás
se ve el final del pasadizo.
Soñé, más de lo que viví.
Hay quienes por eso suelen criticar mis desvelos recurrentes en verano,
yo simplemente culpo al calor y a la belleza de esa Luna en todo su esplendor.
Hay quienes admiran mi postura de mirarte con la fuerza de un volcán,
de amarte sin poder imaginarte… de ser una Lunática más.
Confieso que caminé antes de usar el micro, crucé las calles sin mirar a los lados…
que admiré por lo bajo alguna sonrisa o mirada…
También envidié no tener la felicidad que los demás podían disfrutar…
y no por el hecho de que ellos la vivan, sino más bien por que yo no la tengo.
Lastimé y mucho, a personas que en lo mínimo lo merecían.
Terminé mi año escolar… Planté tres árboles y leí una decena de libros…
Negué, lloré y me arrastré en mi propio suelo cubierto de mi propia sangre y vida.
Fui yo enteramente. Amé a mis seres queridos como lo hice y haré siempre.
Los felicité y ayudé, no más de lo que ellos a mi…
Me enamoré, me enojé, lo besé y aun lo hago cuando mi cabeza gira en algún recuerdo…
Me sonrojé… escribí mil historias sobre el amor, el dolor… y sobre mi propia existencia.
Fui yo.




Autora: Isabella









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